CURSO DE GUIÓN ONLINE EN VÍDEO

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CURSO DE GUIÓN ONLINE EN VÍDEO. Aprende el oficio de escribir guiones desde cualquier sitio y a cualquier hora.

sábado, 4 de agosto de 2012

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Mucho más que en otros ámbitos, en el de la creación audiovisual se ha dado con frecuencia la situación en la que un productor ofrece la posibilidad de participar en una producción de manera no remunerada. Existen algunas situaciones perfectamente justificadas para ello, como el de tratarse de un cortometraje, cuando extrañamente este tipo de formato se convierte en un negocio rentable para el productor; o el caso del joven que, sin haber terminado sus estudios, realiza un periodo de prácticas que le computa para su carrera y en el que aprende a través de una experiencia real de producción y en virtud de un acuerdo entre su centro de estudios y la productora. En ambos casos, por un periodo de tiempo corto.

Pero no es menos frecuente el caso de un presunto productor que ofrece a un guionista el presunto negocio de escribir un guión para la presunta producción de una película a cambio de una presunta remuneración si, y sólo si, se lleva a cabo la financiación y ejecución del proyecto. Toda una bicoca para el guionista, vamos. Reto a cualquiera de quienes lean este post a que mencionen en los comentarios un solo caso de éxito en este tipo de relación mercantil.

La situación no puede ser más reveladora de la falta de profesionalidad, tanto de quien ofrece como de quien acepta. Me baso en lo siguiente:

  • Por un lado, un productor profesional sabe que cualquier negocio es de riesgo, pero el del cine o la televisión lo es aún más.
  • Sabe que una producción no puede sostenerse sobre un guión malo, o simplemente flojo. 
  • Sabe también que un buen guión sólo lo puede llevar a cabo una persona experimentada que emplea el tiempo y los recursos adecuados, no alguien que dedica el 80% de su tiempo a encontrar la manera de llegar a fin de mes.

  • Por otro lado, un guionista profesional sabe que un buen guión no se escribe en 5 días, ni en un mes, sino en varios meses de trabajo esforzado en los que confía poder comer y pagar sus facturas habituales. 
  • Sabe que los casos de proyectos que terminan por no llevarse a cabo son numerosos, por lo que nunca supeditaría su salario a la ejecución del proyecto. 
  • Y sabe también que, en una producción, quien arriesga es el productor, no el trabajador, y casi nunca se habla de reparto en los beneficios de la película, lo cual también suele ser una mala solución para un guionista.
Otra cosa es que el guionista, profesional o no, creyendo que una historia podría funcionar para una película, decida escribir on spec, bien porque tiene el tiempo y los recursos necesarios, bien porque puede compatibilizarlo con otra ocupación que le pueda mantener durante el proceso. En este caso, el guionista asume un riesgo por cuenta propia y en beneficio de sí mismo, no de terceros que pretenden una ganancia arriesgando nada.

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